A pocos días de un posible cierre del gobierno, los líderes del Congreso se esfuerzan por llegar a un acuerdo sobre un proyecto de ley de gastos a corto plazo para mantener financiadas a las agencias federales. La medida provisional actual expira a la medianoche del viernes, y los legisladores aún no han acordado un camino a seguir para extender la financiación del gobierno hasta el nuevo año. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, se enfrenta a una prueba importante mientras intenta convencer a su fraccionada bancada republicana para que apoye una resolución continua.
Los conservadores de línea dura están presionando para que se hagan recortes profundos del gasto y se apliquen medidas adicionales en cuestiones como la seguridad fronteriza, mientras que los demócratas y los republicanos más moderados están a favor de una extensión “limpia” de los niveles actuales de financiación. Johnson ha propuesto un enfoque de dos pasos que financiaría a algunas agencias hasta enero y a otras hasta febrero, pero esa idea ha recibido el rechazo de los líderes del Senado de ambos partidos. Las negociaciones tras bastidores están en curso, pero se está acabando el tiempo para elaborar un compromiso que pueda aprobar ambas cámaras.
Un cierre obligaría a cientos de miles de trabajadores federales a ser suspendidos o trabajar sin sueldo justo antes de las vacaciones. También interrumpiría los servicios gubernamentales y podría sacudir los mercados financieros. El impasse de alto riesgo es un desafío inicial para la presidencia de Johnson y pone de relieve las divisiones que existen en la conferencia republicana de la Cámara de Representantes. Con escasas mayorías en ambas cámaras, los líderes tienen poco margen de error mientras intentan evitar un cierre perjudicial.